Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial

Tonos auténticos de la Wehrmacht para modelismo. Colores históricos para vehículos alemanes de la Segunda Guerra Mundial. Envíos a todo el mundo.

Filtrar:

0 seleccionados Restablecer
El precio más alto es $1.44 Restablecer
$
$
0 seleccionados Restablecer

24 productos

Filtrar y ordenar

Filtrar y ordenar

24 productos

El precio más alto es $1.44

$
$

24 productos

Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial

El 16 de marzo de 1935, Alemania dejó atrás el viejo Reichswehr y anunció la creación de la Wehrmacht, su nuevo ejército. A partir del 1 de junio de ese mismo año, las fuerzas terrestres pasaron a llamarse oficialmente Heer —hasta entonces se conocían como Reichsheer— y se integraron en esta nueva estructura militar. La Wehrmacht no solo incluía al Heer: también contaba con la Luftwaffe como fuerza aérea y la Kriegsmarine en el papel de marina de guerra. Todo el conjunto estaba coordinado desde el Alto Mando, el OKW (Oberkommando der Wehrmacht).

Historia de combate de la Wehrmacht en la Segunda Guerra Mundial

Antes de que estallara el conflicto a gran escala, la Wehrmacht ya había entrado en acción durante la Guerra Civil Española. En 1936, Alemania apoyó al general Franco enviando a la Legión Cóndor: más de cinco mil hombres, aviones, carros de combate, piezas de artillería e instructores. Aquella intervención sirvió de campo de pruebas para la nueva tecnología, para formar oficiales y para mejorar la coordinación entre las distintas ramas del ejército.

En marzo de 1938, las tropas alemanas entraron sin resistencia en Austria, que fue anexionada al Tercer Reich en lo que se conoce como el Anschluss. A finales de ese mismo año, tras los Acuerdos de Múnich, Alemania se quedó con los Sudetes —una zona de Checoslovaquia con mayoría de población de habla alemana— y, en la primavera de 1939, ocupó sin disparar un tiro el resto del territorio checo, estableciendo el protectorado de Bohemia y Moravia. Hasta ese momento, la expansión había sido casi sin oposición militar. A partir de ahí, comenzaría la guerra real.

El 1 de septiembre de 1939, la Wehrmacht lanzó una invasión total sobre Polonia. Semanas después, el Ejército Rojo entró por el este. En menos de un mes, Polonia fue dividida entre Alemania y la Unión Soviética. Como respuesta, el Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania.

La siguiente fase fue en el norte de Europa. En abril de 1940, Alemania ocupó Dinamarca e inició la campaña en Noruega, donde por primera vez se enfrentó directamente a fuerzas aliadas. En mayo comenzó la ofensiva relámpago contra Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, seguida de la invasión de Francia. En pocas semanas, las defensas fueron superadas y, el 22 de junio, Francia firmó su rendición. En paralelo, Italia se unió al conflicto del lado alemán.

Tras el éxito en el oeste, Berlín centró su atención en el Reino Unido. En verano de 1940, la Luftwaffe, junto con la aviación italiana, inició una campaña aérea masiva con bombardeos diarios sobre ciudades británicas. El objetivo era neutralizar la fuerza aérea enemiga y preparar una invasión. Pero la RAF resistió con éxito, y la operación tuvo que ser cancelada. Fue la primera gran derrota alemana.

En la primavera de 1941, la Wehrmacht volvió a moverse, esta vez hacia el sur. En febrero, el Afrika Korps, bajo el mando de Erwin Rommel, fue desplegado en Libia para apoyar a las tropas italianas, que perdían terreno frente al avance británico. Con un rápido contraataque, los alemanes lograron estabilizar el frente y empujar al enemigo hasta las puertas de Egipto.

Poco después, comenzó la campaña de los Balcanes. En abril, Alemania invadió Yugoslavia tras el cambio de gobierno que rompió su alineación con el Eje. El país fue ocupado en cuestión de días. Acto seguido, las tropas avanzaron sobre Grecia, donde las fuerzas aliadas intentaron frenar la ofensiva. En mayo de 1941, paracaidistas alemanes tomaron la isla de Creta en la que fue la primera operación aerotransportada a gran escala. A pesar del éxito, las pérdidas fueron tan elevadas que se descartó repetir este tipo de misiones. En cambio, los aliados tomaron nota: la experiencia de Creta inspiró el desarrollo de sus propias tropas aerotransportadas, que más tarde se usarían en Holanda durante la fallida operación “Market-Garden” y, sobre todo, en el desembarco de Normandía.

Después de África y los Balcanes, comenzó la que sería la campaña más larga y sangrienta. El 22 de junio de 1941, la Wehrmacht cruzó la frontera soviética en una ofensiva masiva desde el Báltico hasta el mar Negro. Se ocuparon los territorios bálticos, Bielorrusia y Ucrania, y las tropas alemanas llegaron a las afueras de Moscú. Pero el avance se frenó en invierno. En 1942, el esfuerzo principal se dirigió hacia el sur, hasta el río Volga. En Stalingrado, la 6.ª Armada alemana, al mando del general Friedrich Paulus, fue cercada y se rindió. Aquella derrota marcó el punto de inflexión en el Frente Oriental.

A finales de 1942, la situación también empeoró en África. La derrota en El Alamein obligó a retirarse, y en mayo de 1943 las fuerzas del Eje se rindieron en Túnez. Los aliados desembarcaron en Sicilia y luego avanzaron por el sur de Italia, dando inicio a la campaña en la península. En junio de 1944, se abrió el segundo frente en Europa con el desembarco de Normandía, que inició la liberación de Francia y Bélgica. Mientras tanto, desde el este avanzaba el Ejército Rojo.

A comienzos de 1945, las tropas aliadas ya estaban a las puertas de Alemania. En abril, los soviéticos comenzaron el asalto a Berlín. Tras intensos combates, la ciudad cayó, y el 8 de mayo el Tercer Reich firmó la rendición. La Wehrmacht dejó de existir y, meses después, las potencias vencedoras disolvieron oficialmente los restos del ejército alemán. No fue hasta diez años más tarde que la nueva Alemania Occidental, ya democrática, recibió permiso para formar sus propias fuerzas armadas: el Bundeswehr.

Evolución del camuflaje en los vehículos de combate de la Wehrmacht

Durante la Segunda Guerra Mundial, el camuflaje de los vehículos alemanes fue cambiando varias veces de forma notable. Estos cambios respondían tanto a nuevas exigencias tácticas como a las condiciones específicas de cada frente.

En los primeros años, muchos vehículos aún conservaban el esquema tritonal Buntfarbenanstrich heredado del Reichswehr. Los vehículos no destinados al combate se pintaban en el tono gris de campaña Feldgrau.

En 1937 se introdujo un nuevo patrón: base en gris oscuro (Dunkelgrau) con manchas marrón oscuro (Dunkelbraun), conocido como Gerätanstrich dunkelgrau/dunkelbraun o también como “nuevo camuflaje tricolor” (neuer Buntfarbenanstrich). Sin embargo, en verano de 1940 se abandonaron las manchas marrones, y desde entonces los vehículos pasaron a llevar únicamente el tono gris oscuro (Dunkelgrau) como color uniforme.

Durante el invierno, era habitual aplicar una capa de pintura blanca lavable sobre el camuflaje habitual. Esta capa se deterioraba o eliminaba con el paso del tiempo, lo que permitía retirarla fácilmente.

El despliegue en África del Norte hizo necesario desarrollar un esquema nuevo para entornos desérticos. En marzo de 1941 se adoptó una combinación bicolor: amarillo parduzco (Gelbbraun) con un tono gris arenoso (Grau). Esta pintura se aplicaba directamente sobre el camuflaje gris estándar. En marzo de 1942 esta combinación fue sustituida por otros colores más apropiados para el teatro africano.

También en Europa hubo que adaptar los esquemas: el gris oscuro, efectivo en ciudades y entornos urbanos del oeste, no resultaba útil en los paisajes abiertos del este. En primavera de 1943 se adoptó como color base el amarillo oscuro (Dunkelgelb). A este se le añadían manchas de marrón rojizo (Rotbraun) y verde oliva (Olivgrün), en patrones de camuflaje conocidos como Tarnanstriche.

Ya en 1945, el camuflaje volvió a cambiar debido a la falta de recursos. En lugar de aplicar primero una base y luego los colores del camuflaje, se empezó a utilizar el llamado Sparanstrich, o camuflaje económico: los colores se aplicaban directamente sobre la imprimación sin cubrir toda la superficie. Además, el color base pasó de amarillo oscuro (Dunkelgelb) a verde oliva (Olivgrün). En los últimos meses de la guerra, la escasez era tal que algunas partes del vehículo quedaban sin pintar, mostrando simplemente el tono rojizo del imprimador.

Estándares de color del ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial

La estandarización de los colores en los vehículos militares alemanes comenzó mucho antes de la creación de la Wehrmacht. Ya en 1927, el Comité Imperial de Suministros (Reichs-Ausschuss für Lieferbedingungen) introdujo un sistema general de colores industriales conocido como RAL 840, compuesto por 40 tonalidades. Esta paleta sentó las bases para los colores reglamentarios que más tarde adoptaría el ejército.

Hasta 1941, las pinturas para vehículos blindados se identificaban por nombre y número —por ejemplo, verde n.º 28 (Grün Nr. 28) o negro n.º 5 (Schwarz Nr. 5). Sin embargo, este sistema no incluía referencias precisas de tono, lo que generaba variaciones notables en plena producción a gran escala y dificultaba mantener un estándar uniforme en los esquemas de camuflaje.

El 10 de febrero de 1941 se reorganizó el sistema de codificación: en lugar de los antiguos nombres y números, los colores pasaron a identificarse mediante códigos de cuatro cifras según la norma RAL. Así, el gris oscuro Dunkelgrau n.º 46 pasó a ser RAL 7021 Dunkelgrau, el verde Grün n.º 28 se convirtió en RAL 6007 Grün, y así sucesivamente. Esta medida permitió unificar los tonos, facilitar la logística y establecer un lenguaje común en toda la Wehrmacht. El sistema RAL sigue utilizándose hoy en día tanto en el ámbito militar como en el civil.

Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial
1 de 4